Lisandra Chaveco - Revista Mujeres.- Somos testigos hoy de una situación excepcional. Vivimos tanto en Cuba, como en otros 175 países, una realidad triste, que ha cambiado irremediablemente las rutinas y los modos de hacer. La mayor parte del tiempo, de la vida cotidiana, transcurre ahora dentro de casa, alertas ante el avance del Covid-19, virus que a su paso ha cobrado ya miles de vidas en el mundo.


Son tiempos, sin duda, para andar alertas, con mucha precaución, pero no solo debido al nuevo coronavirus. En las actuales circunstancias, donde las familias están en su mayoría aisladas, recluidas en casa, también hay que sonar las alarmas ante las violencias por motivos de género. Esas que con tanta frecuencia se manifiestan aprovechando el espacio privado del hogar, donde ningún ente externo es testigo.

Las mujeres atrapadas en ciclos de violencia están hoy en mayor riesgo ante las circunstancias de reclusión en los hogares. Pero no sólo la violencia física podría proliferar en este contexto, también los micromachismos, esas mal llamadas violencias sutiles tienen ahora un medio propicio para sentirse con más fuerza.

Los micromachismos, violencias frecuentemente invisibilizadas y por eso poco investigadas, son según el investigador Luis Bonino, la multiplicidad de prácticas que los varones realizan en lo cotidiano y que sin ser muy notables, violentan y minan, insidiosa y reiteradamente la autonomía, la dignidad y el equilibrio psíquico de las mujeres.

Pueden ir desde reproches, presiones, vigilancia, desacreditación de opiniones, agresiones verbales y de tipo psicológico, silencios, y muchas otras formas.

Todas maniobras destinadas a que las mujeres queden forzadas a una mayor disponibilidad hacia el varón, que ejercen su efecto a través de la reiteración, y conducen inadvertidamente a la disminución de la autonomía femenina, si las mujeres no logran contramaniobrar eficazmente, precisa Bonino.

A juicio del experto, dichas violencias “sutiles” resultan tan efectivas porque los hombres cuentan para ponerlas en práctica con un aliado poderoso: el orden social patriarcal, que otorga al varón, por serlo, el "monopolio de la razón" y, derivado de ello, un poder moral por el que se crea un contexto inquisitorio en el que la mujer aparece casi siempre en peligro de cometer “una falta” o como acusada.

Ante estas manifestaciones también tenemos que estar alertas. Hoy no solo el Covid-19 atenta contra el bienestar y la salud femenina y de toda la familia, también las microviolencias. Por eso, prestemos atención, aprendamos a identificarlas, a enfrentarlas y estemos en disposición para tender la mano, siempre, a quien la necesite.

Género
Alma Mater - Reinaldo Cedeño Pineda / Ilustración: Dayron Giro.- Lo encontré en una guagua, lo rocé sin querer, y quedé flechado. Tal vez se escuche tonto, ridículo… pero así fue. Nunca tuv...
Gabriela Orihuela - Revista Mujeres.- «En Cuba tenemos todos los derechos garantizados, ¿qué más piden?» La realidad contradice, en parte, tal afirmación. Si bien las leyes existen y las personas quedan protegi...
Activistas, trabajadores del Centro Nacional de Educación Sexual, integrantes de la comunidad LGBTIQ+ y población de la capital lucieron los colores del arcoíris, símbolo de la diversidad Lisandra Fariñas - Red Seml...
Lo último
La discreta garra
Alma Mater - Reinaldo Cedeño Pineda / Ilustración: Dayron Giro.- Lo encontré en una guagua, lo rocé sin querer, y quedé flechado. Tal vez se escuche tonto, ridículo… pero así fue. Nunca tuv...
Ver / Leer más
La Columna
La Revista