Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Siempre he deseado que se pueda cumplir el sueño del cubano/a que anhele salir de nuestro país y radicarse en otro, sea por motivación ideológica, económica, profesional u otra; al tiempo que me acompaña la convicción según la cual edificar el Socialismo en la Mayor de las Antillas es un asunto voluntario, consciente. También, al paso que voto por el bienestar de mis conciudadanos/as donde quiera que se encuentren, siento amargura cuando asisten a tragedia alguna. No puedo evitar la pena por la situación que cientos de paisanos/as viven en este minuto en la frontera Costa Rica-Nicaragua, aunque ello sea por decisión propia.
Hace unos pocos días, alerté del peligro del tema de marras porque tiene lugar en un contexto de amenazas terroristas sazonado por las intenciones que abrigan bandoleros “buenos” ante Cuba, sin descartar que todo ello puede propiciar peligros para la vida de cubanos/as, norteamericanos/as y personas de terceros países; y asimismo me referí a cómo determinados órganos mediáticos estaban manipulando la información al respecto —asunto exacerbado ahora mismo.
Resulta que una señora acaba de escribir para un periódico español que está en presencia de una “migración forzosa” a causa del “régimen castrista”; que avala su percepción desde Tapachula, México, donde realizó una serie de reportajes sobre la crisis migratoria de los cubanos en la región; y que el profesor cubanoamericano Soren Triff en “un análisis muy certero” disecciona que no se trata de un éxodo por meras razones económicas, sino otra “migración forzosa” como la de Camarioca en 1966, la de Mariel en 1980 y la crisis de los balseros en 1994.
Por supuesto, la señora en cuestión le presta poco cuidado a la reciente denuncia de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores acerca de la asesina Ley de Ajuste Cubano y su anexo denominado política de “pies secos-pies mojados” que confiere a quienes proceden de nuestro archipiélago “un tratamiento diferenciado y único en todo el mundo, al admitirlos de forma inmediata y automática, sin importar las vías y medios que utilizan, incluso si llegan de manera ilegal a su territorio”; e imagino que no se ha dado por enterada de que la Embajada cubana está pendiente de nacionales en Costa Rica ni de que el Canciller cubano hace unas horas realizó una visita de trabajo a Ecuador y Nicaragua, oportunidad en la que intercambió con las autoridades de ambos países sobre temas de las agendas bilateral y regional, incluidos los asuntos migratorios.
Debo hacer un paréntesis para significar que varios reportes de prensa anuncian una reunión convocada para mañana martes en El Salvador con la presencia de los Cancilleres del Sistema de Integración Centroamericana (SICA —además del anfitrión, está integrado por Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá) y la invitación a Cuba, México, Colombia y Ecuador, para analizar la trama en causa.
Así, el examen que efectúo sobre mis coterráneos/as que están ahora mismo camino a los EEUU me lleva a acreditar que estamos de cara a un escenario en el que se distinguen tres aristas, a saber:
Una, hasta tanto Washington no suspenda la mencionada Ley de Ajuste y la Guerra Económica vs. Cuba, al menos un número considerable de cubanos/as en la trayectoria ilegal vía Norteamérica están/estarán en riesgo de perder sus vidas —al margen de nuestras dificultades; otra, la ocasión es aprovechada por una parte de la prensa contraria a La Habana para el acostumbrado bochinche —Madrid y Miami son reservorios de la desinformación en este sentido; y tercera, la Revolución no dejará abandonado a sus descendientes, al margen de sus ideas —actitud histórica y hoy evidenciada.
