Ahora quiere pintar el infierno de azul, con la pretensión de hacerle creer a los incautos que “internet es solo una vía de acceso al derecho humano de la información”.
Tal parece que el señor Gross no sabe que organismos especializados en temas de subversión dicen todo lo contrario, poniéndolo una vez en ridículo ante la opinión pública internacional, pues él de santo no tiene ni el nombre.
Para sustentar lo antes expuesto, basta con recordar que en fecha tan temprana como 1996, la RAND Corporation, del Instituto de Investigaciones para la Defensa Nacional de Estados Unidos, preparó un estudio para el Departamento de Defensa, titulado “Las telecomunicaciones cubanas, las redes de computación y sus implicaciones en la política de Estados Unidos”, en el cual pretendía “ayudar a la apertura en Cuba y forzar el surgimiento de una sociedad civil independiente”.
La intromisión en los asuntos internos de otra nación por una organización militar de Estados Unidos solo tiene el calificativo de subversión, porque Washington está obsesionado desde el 1º de enero de 1959 con derrocar a la Revolución cubana, bajo el influjo de la política macartista.
El interés de la RAND Corporation por internet en Cuba era según sus propios planteamientos: “Alentar el enlace de Cuba a internet y utilizarlo para transmitir noticias y análisis balanceados, promover su uso por ONG cubanas, universidades y otros destinatarios”, algo que va conjugado con varias acciones para trasladar los valores de la sociedad norteamericana, y poco a poco ir desmontando el sistema socialista cubano.
No por gusto la CIA revisa todas las redes sociales a nivel mundial, destinando millones de dólares en pagos a sus analistas y traductores, los que se autocalifican como “bibliotecarios ninjas”.
El análisis ejecutado por el Centro de Fuentes Populares, como se conoce en la CIA, se le incorpora al informe de inteligencia recibido diariamente por el Presidente Barack Obama.
Otro elemento probatorio del interés subversivo hacia Cuba a través de internet, fueron las declaraciones en marzo del 2005 de Roger Noriega, Subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, quien afirmó en una audiencia congresional:
“Estados Unidos flexibilizó los requisitos de las licencias para que, por primera vez, puedan ser entregadas computadoras personales de alta velocidad, a grupos de la sociedad civil en Cuba”.
Entre los años 2004 y 2006, la USAID repartió cerca de 35 millones dólares para proyectos subversivos contra Cuba, muchos de ellos vinculados al tema de la informática y las comunicaciones.
En mayo 2008 durante la asamblea de la USAID celebrada en Washington con diferentes ONG, se discutió la necesidad de distribuir 45,7 millones de dólares asignados por el Presidente George W. Bush, para la subversión contra Cuba, exponiéndose elementos del nuevo plan para desestabilizar el orden interno con tareas específicas con las info-comunicaciones. En ese contexto fue contratado el señor Gross.
¿Qué puede decir Alan Gross del evento celebrado en 2012 por la Fundación Heritage de Estados Unidos y Googles Ideas, en el cual, recomendaron crear una red WIFI remota ilegal para posibilitar el acceso a internet de los cubanos?
En dicho evento el senador Marco Rubio, aseguró:
“El sistema totalitario cubano podría derrumbarse, si todos los cubanos tuvieran libre acceso a internet, pues Cuba seguiría la misma suerte de aquellos países que pasaron la Primavera Árabe”.
¿No es eso un asunto de subversión interna contra la Revolución cubana?
Para recalcar sus objetivos, el 13 de junio del 2013 el Departamento de Estado anunció propuestas de varios proyectos para promover la “democracia y los derechos humanos” en Cuba, uno de ellos con el uso de herramientas digitales “para ser empleadas de forma selectiva y segura por la población civil cubana, junto con otra iniciativa para el fomento de igualdad y defensa de las redes sociales de los cubanos de raza negra”.
De acuerdo con informaciones publicadas en el 2014 por el diario The New York Times, el Departamento de Estado proporcionó 2,8 millones de dólares a un equipo de hackers y activistas comunitarios especialistas en programación de software, para desarrollar un sistema de redes que permitiera a personas afines a los intereses de Washington, comunicarse por internet sin interferencias de sus gobiernos.
Esa red fue probada con éxito en el 2011 en la ciudad de Sayada, en Túnez, iniciada por expertos informáticos tunecinos que estimularon las revueltas populares causantes del derrocamiento del Presidente Zine Al-Abidin Ben Ali.
El criterio de periodistas de The New York Times, fue que el programa ejecutado en Túnez era un ensayo antes de desplegarlo en zonas más disputadas, similares a las que financió la USAID para los programas de la Oficina de Iniciativa para la Transición, OTI, adscripta al Buró de Democracia, Conflictos y Ayuda Humanitaria de la USAID para Cuba.
Matt Herrick, portavoz de la USAID, reconoció al diario The New York Times, que “su agencia entregó una subvención por tres años a la New America Foundation, ascendente a 4,3 millones para hacer la plataforma disponible en Cuba”. El software diseñado fue denominado “Commotion”, y consistía en una amplia conexión inalámbrica WIFI ilegal.
En el 2009, con similar intención fue enviado a la Isla Alan Gross, a sabiendas de que actuaba de forma ilegalmente y violaba las leyes y regulaciones cubanas.
El señor Gross fue contratado por la USAID para la instalación ilegal de medios de comunicación de alta tecnología en Cuba, que permitieran la transmisión y recepción satelital mediante redes de comunicaciones WIFI, las que paralelamente intentaron conformar a través de otro norteamericano, quien con visa de turista había introducido antenas para conexiones WIFI, enmascaradas como tablas de surf, entregadas a un joven cubano ingeniero en telecomunicaciones.
El programa por el que llegó Gross a Cuba, estaba diseñado por la USAID, bajo la Oficina de Iniciativa para la Transición, OTI, creada en 1994 para promover “cambios positivos” en países de su prioridad.
Ahora querrá cambiar la historia e introducir su veneno, pero los hechos demuestran los verdaderos objetivos de la Casa Blanca, los cual insisten en derrocar al Gobierno revolucionario e instaurar otro que se pliegue totalmente a sus dictados.
Por eso debemos tener presente a José Martí cuando afirmó:
“Levantarse sobre intrigas, es levantarse sobre serpientes”.
*Arthur González, cubano, especialista en relaciones Cuba-EE.UU., editor del Blog El Heraldo Cubano.
Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación