Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Leí que Trump puede salvar a Nuestra América de sus tragedias, aprovechando la aparente falta de un Líder a escala regional y el supuesto fracaso de las ideas defendidas por el Fidel que Vivirá por Siempre, de acuerdo con el razonamiento de José Azel, “Investigador Senior en ICCAS de UM, y autor del libro Mañana in Cuba”, quien en mi consideración sustenta verdades a media y tesis invalidadas por la práctica.
Pienso que ilustra la percepción del señor Azel en el tema que comparto con mis lectores/as, los párrafos que a continuación cito:
“No hay nadie hoy en América Latina con carisma y credenciales revolucionarias para reemplazar a Fidel Castro en el papel que jugó en el continente. Y el fracaso universal de los modelos de economía planificada centralizada deja a la región sin un paradigma político-económico viable. La izquierda latinoamericana es actualmente un huérfano político-económico”.
“[…] Trump tiene una oportunidad de sacar a Latinoamérica del campo colectivista. Para ello necesita implementar políticas que permitan a los latinoamericanos percibir que resulta en su mejor interés escoger el lado de la innovación, emprendimiento y mercados libres. Que resulta, evidentemente, el lado de la prosperidad y la libertad”.
Desde mi ángulo de mira, abundan elementos de juicios que permiten sostener que “Fidel es una categoría única”, como acaba de afirmar el Politólogo y Sociólogo argentino Atilio Borón. Pero me resisto a creer que la desaparición física del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana devenga vacío absoluto de liderazgo para los Movimientos en favor de las masas de la región. ¿Cómo admitir que su legado va a pasar inadvertido para los Conductores revolucionarios presente y porvenir en Latinoamérica y el Caribe? ¿O acaso su Concepto de Revolución es privativo de los Dirigentes y pueblo cubanos?
Rechazo al mismo tiempo la creencia de vivir “el fracaso universal de los modelos de economía planificada centralizada”. Al relativizar tal fracaso, encontramos no solo al hecho de lo muchísimo que en Bien dejó la Revolución de Lenin y su repercusión, sino también la propia obra del y el quehacer de Bolivia en aras de la mayoría de sus habitantes, muy a pesar de pesares —por solo citar este par de ejemplos. La labor bienhechora que apenas he asomado, se debe a la ausencia del desgobierno típico del Capitalismo.
A la vez, me causa asombro que un investigador presumiblemente informado pueda encontrar en Trump una mirada a Latinoamérica enfilada al “lado de la prosperidad y la libertad”. Ahí están Las 8 frases más detestables de Donald Trump, cuando este millonario aspiraba a ser candidato a la presidencia de su país. La fuente adelantaba que “El señor Trump es incendiario con sus palabras, la mayoría de las veces cargadas de odio, racismo y resentimiento” e ilustra con una ¿simplezas? de su autoría: “Debemos construir un gran muro en la frontera con México y hacer que México lo pague”. Así, rubriqué EEUU: ¿'boberías' en su Democracia?
Por tanto, me cuesta trabajo creer que un analista en capacidad de hacer gala de objetividad, apueste a que el presidente electo en EEUU pudiera remediar mañana los males del Sur del Río Bravo. Si el asunto no fuera tan serio, personalmente convocaba a la risa. ¿Acaso la práctica ha dejado de validar que lo Made in USA es equivalente al “Norte revuelto y bruta” respecto al Sur del Río Bravo?
En rigor, para Latinoamérica, Trump se halla lejísimo de convertirse en el redentor y, a juzgar por sus pronunciamientos, lo más probable es que trabaje con la derecha del Sur de Washington para tratar de enturbiar cuanto esté a su alcance. Es, pues, de la entera responsabilidad de los continuadores de Bolívar, Martí, Chávez y Fidel la faena de construir la Dignidad, Independencia y Felicidad de la Patria Grande.
