Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- Siento la necesidad de confesar que después de haber ejercido el Periodismo a la luz martiana (1) por más de 35 años en la prensa plana, radial y televisiva, así como en la antigua Agencia de Información Nacional (AIN —actualmente Agencia Cubana de Noticias) y de escribir para revistas como Cuba Socialista y Alma Máter y varios medios internacionales, ahora resulta que nada de ello acredita tal ejercicio por la simple razón de militar con honra en el Partido Comunista de Cuba (PCC).
Al escribir en esta ocasión, no me recreo en lo que redacté en “Cuba. eltoque.com…, con ¿mala Fe?” y la inscripción “Es legítimo exponer ideas en el ámbito que se considere prudente. Es deleznable recrear las manchas del Sol, sin asomo de equilibrio en lo que se comparte con los lectores/as” (2).
Sí me detengo en un par de trabajos aparecidos en eltoque.com: uno, “¿A qué le temen los periodistas cubanos?” con fecha 28/04/2017 (3); el otro, “¿Qué pasa con el periodismo en Cuba?” cuya data es 07/07/2017 (4). Imagino que esos títulos les adelanten a mis lectores/as cuál es la percepción predominante en ese blog auspiciado por ¿amigos? holandeses que son ¿enemigos? de estadounidenses (5).
En el primer trabajo, se puede leer —paso por alto un insulto a “una panelista de la Mesa Redonda” en la Isla:
“El periodismo en Cuba es, la mayor parte de las veces, un acto reflejo. […]. Ser recompensado quiere decir ser admitido en la UPEC [Unión de Periodistas de Cuba] con un carné, aspirar a que te instalen una ADSL en casa; llegar a una jefatura, a un auto de matrícula estatal, viajar al extranjero […]. En resumen, ejercer cualquier función menos la de periodista.
“Muchos graduados comprenden que tienen que volverse dóciles a cambio de estos privilegios. Yo salí defectuoso […]. Hoy, que no es exactamente hoy, según se mire, en San Salvador [donde radica el autor de ese trabajo cuyo nombre no hizo constar] no me siento bien cuando un editor del The New York Times me halaga por integrar el equipo de quienes hacen la revista El Estornudo” —entonces, un órgano ¿independiente? (6).
En contraste con este “magisterio”, recuerdo que realicé el oficio de marras durante mucho tiempo sin pertenecer a la UPEC; no sé cuándo podré contar con las bondades de “una ADSL en casa”; mi medio principal de transporte es “a pie”; he viajado al extranjero: una, estuve como Profesor durante la guerra por consolidar la independencia en Angola; luego, como Docente en una Escuela Superior Pedagógica en el mismo país; y no hago ¿méritos? como para que “un editor del The New York Times” halague mi obra. Así, usted puede extraer su parecer.
Y de cara al segundo trabajo, grosso modo cito y comento:
“Apenas cinco años atrás solo había dos posturas definidas: oficialismo y oposición política. Cada bando había encontrado su nicho en el ataque permanente o la defensa a ultranza de una postura ideológica. Era una lucha a muerte, 'conmigo o contra mí'. Sin términos medios. Y, al espacio vasto que queda dentro de esa refriega, fuimos a parar quienes apostamos por otro modo de vivir, y ejercer, la profesión que estudiamos”.
Sin duda, he aquí una suerte de tercera posición. Y en aras de no abusar de su tiempo —considero que acerca de ello se ha abundado ya con tino (7)—, me permito no excederme en ese orden de ideas.
No obstante, sí vuelvo a citar como base para comentar sobre el mensaje principal que encontré en “¿Qué pasa con el periodismo en Cuba?”:
“Por suerte, cada vez somos más los que apostamos simplemente por hacer periodismo, sin renunciar a la política, pero conscientes de que hay historias donde la política sobra. Cada vez somos más quienes queremos contar un país lleno de conflictos y diversidad, contar a Cuba tal y como es, sin mentirnos, ni mentir. Afortunadamente, la apuesta ha dado resultados.
“Repasemos las últimas semanas. El 24 de mayo, Postdata.club, un medio con apenas ocho meses de fundado, fue nominado por los Data Journalism Awards en la categoría de 'Medio del Año'. […]”./ “En la misma semana Periodismo de Barrios fue reconocido por la Fundación de Nuevo Periodismo Iberomericano Gabriel García Márquez (FNPI) por su Código de Ética […]”.
Debo decir que tras repasar algunos trabajos de Postdata.club, me resultaron interesantes. Quizás ello avaló tal reconocimiento. Sin embargo, el porqué premiaron a Periodismo de Barrios es otro asunto. Explico, muy sucintamente:
Nueve meses atrás, en “Cuba: Periodismo de Barrio, ¿para abrazar a Washington?” (8), traje a colación cómo el Nuevo Herald, vocero de la delincuencia política radicada en Miami, planteó:
“[…] a diferencia de otros momentos, el lento avance de la internet, ha permitido la proliferación de blogs y medios digitales con una variada orientación editorial y con financiamiento no estatal (becas institucionales, fondos de gobiernos extranjeros o dinero privado). Uno de ellos, Periodismo de Barrio publicó un editorial en el que directamente cuestionó la posibilidad de un periodismo de servicio público bajo el control del Partido” —las negritas son mías (9).
En correspondencia, pegunté: “¿Alguien que desprejuiciadamente compare la actitud inicial de Periodismo de Barrio (“el objetivo de llevar al público las historias de comunidades afectadas por desastres naturales o especialmente vulnerables ante fenómenos como huracanes…”) con las aristas reflejadas por el Herald, se atreve a negar que la posición contra la vanguardia ideo-política en la Mayor de las Antillas implica compartir la actitud de la Administración Obama [en rigor, del Águila Imperial (9)] hacia la Revolución Cubana?”.
Moraleja: “Verde con punta, Guanábana” —consta en un refrán popular.
Entretanto, reitero lo que sostuve en “Cuba: su Prensa, avanza; ¿y sus decisores? (II)” (10), particularmente mi convicción según la cual en el marco de los Principios del Socialismo cubano debe quedar consignado: “i) La libertad de discusión, el ejercicio de la crítica y autocrítica, el contraste informativo y la subordinación de la minoría a la mayoría rigen en todos los componentes del sistema político cubano. Estos aspectos deben encontrar espacio y sistematicidad en los medios masivos de comunicación” (11).
Resumo: considero que la procedencia de los aplausos a determinados actores políticos y/o mediáticos, apuntan hacia la calidad de los contenidos que postulan y/o defienden. Por tanto, en Cuba el Periodismo facturado por eltoque.com evidencia el perfil antipatriótico del sector informativo divorciado del PCC y entregado, en última instancia, a las pretensiones del “Norte revuelto y brutal”.
Referencias:
1.- http://www.josemarti.info/libro/capitulo_4_10.html
2.- http://kaosenlared.net/cuba-eltoque-com-con-mala-fe/.
3.- https://eltoque.com/blog/que-le-temen-los-periodistas-cubanos.
4.- https://eltoque.com/blog/que-pasa-con-el-periodismo-en-cuba.
6.- http://mx.reuters.com/article/topNews/idMXL2N1BQ1FM
9.- http://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/cuba-es/article104443901.html.
