Noel Manzanares Blanco - Cubainformación.- En rigor, concebí “Marxismo, Raúl Castro y Socialismo cubano” (1) como premisa de las ideas que ahora comparto con mis lectores/as, sobre todo las relacionadas con la necesidad de que en los dictámenes de nuestros Diputados/as aparezcan explícitas las acciones tomadas y/o que se deberían adoptar medidas con quienes sean responsables de pifias que pudieron ser evitables; amén de la pertinencia de convidar a científicos sociales a sus análisis/decisiones —esta, una práctica que debe ser ordinaria en el marco del quehacer del Sistema Político en la Mayor de las Antillas.
(Confieso que esperé que el Dictamen de la Comisión de Asuntos Económicos sobre el Informe de liquidación del Presupuesto del Estado del año 2016 no solo apuntara que “El control de los combustibles resulta ineficiente al detectarse indisciplinas y desvío del uso de este recurso vital para el cumplimiento de las producciones que generan ingresos y garantizan los servicios básicos” sino que además en sus “recomendaciones” apareciera la propuesta de una medida precisa contra los responsables de ello, y NO fue así (2)).
Para este post, parto de algunos de los valiosos juicios reflejados por el Compañero Raúl Castro al resumir la recién finalizada sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) (3).
Sin rodeo, saludo el Plan del Estado cubano para el enfrentamiento al cambio climático, identificado como “Tarea Vida”, sin duda un asunto muy relevante para la actualidad y el porvenir de Cuba en su contexto geográfico para lo cual sí se ha contado “con la participación del potencial científico y tecnológico nacional a lo largo de más de 25 años”. Ello, sazonado con la aprobación de la Ley de Aguas Terrestres y todo con el Magisterio del mismísimo Fidel que Vivirá por Siempre (4) (5).
También, coincido en que, a pesar de un panorama marcadamente complicado, hemos “obtenido un discreto resultado alentador” toda vez que el Producto Interno Bruto (PIB) creció en el primer semestre un 1,1 por ciento —señal positiva respecto al 2016— en lo que contribuyeron la agricultura, el turismo y otras exportaciones de servicios, las construcciones, la producción de azúcar y la esfera del transporte y las comunicaciones. De aquí, pienso que el ángulo de mira ha de quedar ubicado en por qué no se refleja similar situación en otros renglones y así revertir el problema dejando a un lado debilidades/amenazas subjetivas.
Igualmente, encontré definitorio el planteo según el cual “No vamos a retroceder ni a detenernos, ni tampoco permitir estigmas y prejuicios hacia el sector no estatal”; al paso que “es imprescindible respetar las leyes, consolidar lo avanzado, generalizar los aspectos positivos, que no son pocos, y enfrentar resueltamente las ilegalidades y otras desviaciones que se apartan de la política establecida”. Aprecio en este aspecto y en la reflexión alrededor de que “una misma persona tiene ya dos, tres, cuatro y hasta cinco restaurantes”, cómo me alejé del desatino al redactar “Cuba: 'Cuentapropismo': ¿Oportunidad y/o Amenaza?” (6).
Y medité y volví a meditar a partir de las siguientes palabras del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros manifestadas en la sesión aludida de la ANPP:
“La situación descrita [habla de las dificultades que enfrentamos] nos obliga a proseguir adoptando las medidas requeridas para proteger al máximo los ingresos por exportaciones, la producción de alimentos y los servicios a la población, a la vez que suprimimos todo gasto no imprescindible y garantizamos la utilización más racional y eficiente de los recursos disponibles para respaldar las prioridades aprobadas” —las negritas son mías.
O sea, está clara la indicación acerca de la necesidad de hacer cotidiano el ahorro y uso eficaz de nuestros escasos recursos —más en estos momentos en que Trump vocifera vs. Cuba (7)—, evitando contradecir “las prioridades aprobadas”. Ni pensar en la posibilidad de viajes sin plena justificación de determinados funcionarios por el interior del país y menos hacia el exterior —ni hablar de las compañías estrictamente personales, de espalda al Ejemplo legado por el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana—, so pena de enrarecer más nuestro complejo contexto y restarle credibilidad al porvenir de nuestro Socialismo (8).
Por tanto, en la misma medida que estimo avance en el PIB como indicador de nuestras potencialidades —podemos/debemos añadir no pocas posibilidades de incrementarlos a través del combate a problemas subjetivos—, considero que ha de imponerse el uso óptimo de los recursos/sancionar a quien actúe a contrapelo en función de los intereses del pueblo como punto focal. He aquí ecos de la última sesión del Parlamento en Cuba.
Referencias:
4.- http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1992/esp/f120692e.html.
6.- http://kaosenlared.net/cuba-cuentapropismo-oportunidad-amenaza/.
8.- http://www.pctargentina.org/cuba1610.htm.
