A partir de estos momentos el invicto comandante Fidel Castro se volvió una gran figura política, siendo líder del partido ortodoxo fundado por Eduardo Chibás. Dicho m-26-7 se fusionó con el movimiento nacional revolucionario dirigido por Rafael García Bárcenas y por supuesto con la mayor parte de la juventud ortodoxa. Posteriormente se uniría acción nacional revolucionaria digigida por el insigne Frank País. Todo con el único fin de derrotar al dictador Fulgencio Batista y que al final dio sus frutos el 1 de enero de 1959 con la entrada en La Habana de Fidel y sus combatientes. Según nos dejó dicho Fidel la Revolución cubana comenzo en 1868 cuando fueron liberados todos los esclavos por el presidente Carlos M. de Céspedes. Cuba hoy es un ejemplo de solidaridad, de honradez institucional y de ser, junto a otros países del Caribe y Latinoamérica, un país anti-capitalista y democrático. El señor Joe Biden opina todo lo contrario y además Norteamérica y sus ex presidentes (todos) no han suprimido la barbarie sino que la han perfeccionado y la han hecho más cruel y barbara, según Voltaire. En este camino andamos y si no ponemos freno a toda esta barbarie, desaparecremos como humanos de la faz de la tierra. No cabe duda alguna.