Gerardo Moyá Noguera*.- Las palabras del apóstol cubano, José Martí son proféticas respecto al código penal, las siguientes: "Los jueces cubanos deben comenzar a verse como los guardianes de la constitución y baluartes de la ley, no como obedientes funcionarios al servicio del estado o del poder".
Recordemos, porque bueno es recordar, que la tradición socialista desde sus comienzos fue contraria a la pena de muerte. Carlos Marx en 1853 nos dejó dicho: "sería muy difícil, si no imposible, establecer en un principio por el cual se pudiera fundar la legitimidad o la pertinencia de la pena de muerte, en una sociedad que alardea de ser civilizada (imperio/EEUU) Pero ¿con qué derecho me infligís una pena de muerte para enmendar o intimidar a otras personas? . Como todos recordarán, en algunos estados del imperio/EEUU existe todavía la pena de muerte. En el congreso de la segunda internacional celebrado en Copenhague en 1910 se aprobó una resolución contra la pena de muerte. Incluso después de la caída del imperio y la llegada al poder de los socialdemócratas en alemania, Rosa Luxemburgo exigió la abolición de la pena de muerte. En Cuba y con la constitución de 1940 se declaró la abolición de la pena de muerte, aunque una vez del triunfo de la revolución de 1959 y con el fin de juzgar y castigar los terribles e inhumanos crímenes cometidos por los agentes del régimen del dictador cruel Batista, algunos criminales sí fueron, digamos, pasados por las armas dada la total indignación y el horror popular existente en aquellos momentos en Cuba. En su art. 46 Cuba decreta y reconoce las garantías a la persona el goce y el ejercicio irrenunciable e imprescriptible de los derechos humanos.
*Presidente de la Casa de Amistad Baleares-Cuba
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