Mg. José A. Amesty Rivera.- Con motivo de la noticia acontecida el miércoles 26 de julio 2023, sobre que, en Niamey, capital de Níger-África, la guardia presidencial, un grupo de elite compuesto por 2.000 hombres, había retenido al presidente Mohamed Bazoum. Suceso que se terminó confirmando por el coronel mayor Amadou Abdramane, quien acompañado por otros nueve militares pertenecientes a un grupo interno del ejército autodenominado, Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria, comunicó oficialmente que las fuerzas de defensa y seguridad de la nación habían decidido terminar con el Gobierno elegido en 2021. Finalmente, el general Abdourahamane Tchiani, tomó el poder en Níger.


Producto de este golpe de estado, se fueron sucediendo una serie de hechos, declaraciones, posiciones de otros estados, donde actualmente se siguen suscitando noticias en pleno desarrollo y sin saber, en qué terminara esta trágica situación para los pueblos africanos.

El objetivo de este articulo pretende informar y recordar el papel de Francia, como potencia imperial extorsionadora y actualmente sin influencia, tanto en Níger como en otros países africanos.

A manera de información, sobre el continente africano, los dos grandes colonizadores de África fueron Francia e Inglaterra, y cada uno de ellos elaboró su plan de expansión territorial. Francia se instaló en Senegal desde 1817, y ocupó en su totalidad Argelia en 1830, su intención era apoderarse de todo el norte del territorio en una línea que corría de occidente hacia oriente. El tamaño del imperio de Francia, era tan grande que tuvo que crear en 1895, la Federación de África Occidental francesa para lograr la administración de sus extensos territorios.

La explotación de las colonias francesas ha continuado sin cesar durante más de medio siglo, incluso después de que se les concediera la independencia, pero Francia es el principal beneficiario de esta relación unilateral. "Este robo neocolonial puro unido a la incapacidad de Francia para hacer frente a varias insurgencias terroristas en la región, ha sido la razón principal detrás de una serie de levantamientos populares en el Sahel" (El Sahel, que en árabe significa “la costa”, constituye una extensa zona que atraviesa 6000 kilómetros entre África Oriental y Occidental, comprende múltiples sistemas geográficos y agroecológicos, 12 países, y alberga a 400 millones de personas), señala el analista geopolítico Drago Bosnic, en su artículo "La invasión francesa de Níger podría convertirse en una guerra franco-africana total" en Rebelión.org.

Hasta el día de hoy, los países africanos están sujetos a la explotación. Francia mantiene un impuesto de la era colonial, que garantiza que los africanos tengan vidas de nivel de subsistencia, mientras que atrapa a las empresas estatales con préstamos depredadores.

Por otro lado, Francia casi solapadamente, durante los últimos tiempos, ha controlado catorce países africanos, a saber, Benín, Burkina Faso, Costa de Marfil, Guinea Bissau, Mali, Níger, Senegal, Togo, Camerún, Chad, Gabón, Guinea Ecuatorial, República Centroafricana y República del Congo.

¿Cómo lo hace? A través de una herramienta jurídica conocida como el "Pacto Colonial", extorsionando a éstos países, desde 1961, y quedándose con las riquezas económicas de los países africanos.

Este pacto, establece por un lado que, que los países africanos en cuestión, tienen una deuda colonial por “las ventajas” o “adelantos” de la colonización francesa. De esta forma los países “independientes” deben pagar por la infraestructura construida por Francia en el país durante la colonización.

Y, por otro lado, el presupuesto perteneciente a estos países africanos, es administrado por Francia, concretamente por el Tesoro francés. Según el término del acuerdo, cada país africano está obligado a suministrar al menos el 65% de sus reservas de cambio, en una cuenta de operaciones en el Tesoro francés, así como otro 20% para cubrir los pasivos financieros. ¡Vaya que extorsión y que explotación!

Se agrega a su vez, los países africanos abarcados por el “Pacto Colonial”, tienen la obligación de utilizar una única moneda: el Franco de la Comunidad Financiera Africana, que, desde el 1 de enero de 1999, el Franco CFA está fijado al euro. El Tesoro francés (no la Unión Europea) sigue garantizando la convertibilidad del franco CFA.

Es más, el tratado, establece que Francia tiene la prioridad de compra de todos los recursos naturales de la tierra de sus colonias. Solamente en el caso de que Francia rechace su usufructo, los países africanos están autorizados a buscar otros socios.

Párrafo aparte merece la cuestión cultural. Borrando todas las lenguas nativas y los dialectos naturales de esta región del planeta, el “Pacto Colonial” establece la obligación de hacer del francés la lengua oficial de cada país.

En cuestiones militares, Francia es el proveedor exclusivo de equipos militares y se encarga de formar a los oficiales superiores: estos deben formarse en Francia o en infraestructuras militares francesas.

En Costa de marfil, por ejemplo, las empresas francesas poseen y controlan todos los grandes servicios públicos: agua, electricidad, teléfono, transportes, puertos, y los grandes bancos. Lo mismo en cuanto al comercio, la construcción y la agricultura. Según "El “Pacto Colonial”, la herramienta que usa Francia para controlar 14 países africanos" de R770, Argentina.

En el caso específico de Níger, se encuentra en África Occidental, la zona conocida como “la barriga de África” y que comprende desde el Sahara de Marruecos hasta la parte final de esta franja que conforman Níger y Nigeria. En esta subregión es donde se encuentran la mayor cantidad de países africanos.

Tras el golpe de estado en Níger, en los medios occidentales, se han destacado dos ideas fundamentales: señalar el golpe de Estado como un símbolo de la “violencia natural” en la zona, y destacar la necesidad de articular mecanismos para evacuar de forma inmediata a los europeos que se encuentren en el país.

Pero la realidad es que Níger, según datos del Banco Mundial, solo el 18,6 % de la población de Níger, tiene acceso a la electricidad, mientras que proveen el 40 % de la electricidad de las ciudades francesas a través de la exportación del uranio nigerino. Aproximadamente una de cada tres bombillas en Francia funciona con uranio de Níger. Además, tienen oro y otros minerales valiosos en su país.

Recalcamos que, históricamente Francia, ha sometido a la expoliación absoluta, los ricos yacimientos minerales de Níger, particularmente los de uranio, en la región de Agadez. El uranio es clave para el sistema de instalaciones nucleares francesas, que abastecen en un gran porcentaje sus necesidades de energía eléctrica, mientras los casi 26 millones de nigerinos jamás han podido disfrutar un gramo de sus riquezas, ya que más allá de los precios de saldo que paga París por esas extracciones, los beneficios que quedan en el país han sido acaparados por las elites gobernantes.

Agregándose, la agobiante presencia de París, que ha controlado cualquier intento de independencia real de su colonia.

En fin, en Níger, al igual que en otros países africanos, se ha levantado una nueva ola de sentimiento antioccidental, antieuropeo y especialmente antifrancés. El último golpe de estado, así como los levantamientos militares en Mali, Burkina Faso y Guinea, o las protestas masivas en otros países lo atestiguan. ¿A qué se debe esto?

Es obvio que África ha sido desde que los europeos llegaron a ese continente en el siglo XIX un lugar de explotación, esclavismo y crueldad sin límite por parte de las potencias europeas y los EEUU. Sirvan como ejemplo el alrededor de 15 millones de personas arrancadas de ese continente para llevarlas como esclavos a las Américas. Las campañas de Inglaterra, Francia y los EEUU en diversos países, responsables de otros muchos millones de muertos. Otras colonias europeas, como Alemania, Portugal y España, tampoco se quedaron atrás en el genocidio y expolio de sus colonias africanas. Son casi dos siglos de sufrimiento atroz.

Producto de esto, en los años 60 un viento de libertad soplaba en África. Parecía que el continente quería emanciparse y así sucedió brevemente. Sonaban nombres como Patrice Lumumba, Amilcar Cabral, Kwame Nkrumah o más tarde en los 80 el gran Thomas Sankara. Todos ellos se asocian a esa África, que quería caminar hacia el futuro sin la explotación y humillación a la que la sometía el llamado Occidente. Sin embargo, todos esos procesos emancipatorios acabaron con la intervención de las potencias occidentales.

No podía permitirse una África independiente y dueña de su destino sin la tutela de las potencias europeas. La mayoría de sus líderes fueron asesinados por ejércitos y servicios secretos europeos y estadounidenses.

Ahora, el golpe de estado reciente en Níger, revive el sentimiento africanista y antioccidental, revive la humillación, el desprecio, el odio, la resistencia.

Para ir concluyendo, esperamos que África, siga por esa senda de lucha y emancipación. Ojalá se encuentren caminos de liberación, que solo pueden ser de lucha contra este sistema capitalista cuyos hilos son manejados desde manos occidentales principalmente; un sistema que enriquece a unos pocos y empobrece y hace sufrir a la mayoría de la humanidad.

¡Ánimo hermanas y hermanos africanos! Desde América Latina, aquellas personas que creemos en otro mundo, un mundo posible e imprescindible, los apoyaremos siempre.

Una palabra final, en el sentido que, a Francia, parece habérsele agotado su papel de imperio extorsionador y succionador, para quedar como, en el caso de Níger, en un segundón, sin influencia a la hora de decidir, ya que, Níger, es la segunda nación del África, que recibe mayor asistencia militar por parte de Washington, lo que no es un dato menor a la hora de las posibles consecuencias de los hechos del golpe de estado.

Desde 2002 Washington comenzó a dar asistencia antiterrorista a Níger, y a lo largo de los últimos diez años ha otorgado más de 500 millones de dólares en armamento, vehículos blindados e incluso aviones de vigilancia. Estados Unidos, además, ha desplegado en la última década una cifra que supera los 1.000 efectivos en Níger, que brindan entrenamiento y asistencia al ejército nigerino.

En este sentido, Francia, luego del reciente golpe de estado, prácticamente fue expulsada por completo de este territorio rico en recursos naturales vitales para su seguridad energética, y a su vez, la imagen del país galo se vio claramente dañada, ya que denota la creciente pérdida de influencia en la zona.

 

 

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