El mundo
está (des)gobernado
por unos pocos masturbadores,
que no por hacedores de amor.
Y a cada rato salpican
el resultado tan húmedo y rojo,
que no blanco,
de sus armas opresoras:
MUERTOS Y HAMBRIENTOS
por doquier
y un largo etcétera
de sus más atroces derivados.
La sangre abunda
fuera de las venas.
La sangre inunda.
La sangre corre y no cesa,
ágil, veloz, arrasadora...
La sangre ahoga.
La sangre invade.
La sangre
es el semen de la violencia.
La Columna es un espacio libre de opinión personal de autoras y autores amigos de Cuba, que no representa necesariamente la línea editorial de Cubainformación.