Patricio Montesinos - Cubainformación


La impopularidad global del presidente de EE.UU., Donald Trump, por sus políticas imperiales, y sus continuas amenazas y mentiras, han provocado un aislamiento internacional acelerado de Washington.

Trump recibió una goleada el pasado 9 de mayo con la celebración de Rusia del Día de la Victoria frente la Alemania nazi, a la que asistieron una treintena de jefes de Estado y numerosas delegaciones de alto nivel de Europa oriental, Asia, América Latina y África, en respaldo incondicional al presidente Vladimir Putin.

La alianza China-Rusia se intensificó en Moscú con la presencia del mandatario chino, Xi Jinping, quien estuvo todo el tiempo arropado por su colega Putin, como pudo apreciarse durante las transmisiones televisivas del desfile por el 80 aniversario del triunfo de la Gran Guerra Patria.

Hace escasas horas el gobernante de Washington no tuvo otra alternativa que recular en su fracasada guerra de los aranceles, particularmente contra China, con la que acordó rebajar las tarifas a todos sus productos, al menos durante los próximos tres meses, lo que analistas consideran otro revés del inquilino de la Casa Blanca.

Beijín y Moscú llevan la voz cantante en el actual mundo multipolar, aunque Trump y sus secuaces se nieguen a reconocerlo públicamente, y regímenes de Europa mantengan una postura ambivalente y absurda de confrontación con los gigantes asiático y euroasiático.

EE.UU. pierde al mismo tiempo la poca credibilidad e influencia que tiene en la Patria Grande como consecuencia de su política de deportaciones masivas de los migrantes latinoamericanos, violatoria de los Derechos Humanos.

Otro importante acontecimiento reciente que demostrará el aislamiento de Washington, será la IV Reunión Ministerial del Foro China-CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), a efectuarse este martes 13 de mayo en Beijín, y cuyo propósito será estrechar las relaciones económicas y comerciales entre las partes.

A diferencia de la conducta impositora en Nuestra América de EE.UU., los vínculos entre China y la CELAC se basan en el beneficio mutuo, el desarrollo sostenible y el respeto a la independencia y la soberanía de las naciones.

Analistas consideran que Trump está fuera del juego, y auguran a la vez que en los próximos meses tendrá que moderar su agresividad porque el águila imperial ya no manda en nuestro planeta tierra. 

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