Marcelo Colussi -Prensa Latina.- Algunas pocas décadas atrás el mundo parecía más fácil de explicar. O, al menos, parecía que tenía una lógica histórica que llevaba claramente hacia algún lugar bien definido. Dividido como estaba por visiones ideológicas antitéticas e irreconciliables: capitalismo y socialismo, todo parecía más claro. Había “buenos” y “malos”, dependiendo, por supuesto, del lugar desde donde se mirase.