Mesa Redonda.- Con especialistas y funcionarios del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y la FMC, la Mesa Redonda se acerca hoy a un tema de interés fundamental para la población que el estado enfrenta con el Sistema Nacional para el Cuidado Integral de la Vida.
Sistema Nacional para el Cuidado Integral de la Vida en Cuba: Implementación y perspectivas
Arleen Rodríguez Derivet, Darío A. Extremera Peregrín, Aniela Dumas Rojas
Cubadebate
La emisión de la Mesa Redonda de este jueves analizó el Sistema Nacional para el Cuidado Integral de la Vida, un aspecto fundamental en las transformaciones de las personas cuidadas y sus cuidadores.
El 15 de octubre de 2024, Cuba dio un paso significativo hacia la formalización del cuidado como un derecho humano con la publicación del Decreto 109 en la Gaceta Oficial de la República. Este decreto establece el Sistema Nacional para el Cuidado Integral de la Vida, un esfuerzo por articular políticas y programas que abordan las necesidades de cuidado de diversas poblaciones, desde niños hasta personas mayores.
Ariel Fonseca Quesada, viceministro de Trabajo y Seguridad Social dijo que el nuevo sistema busca articular todos los programas, las políticas y las acciones que se desarrollan en función de los cuidados. Según él, este enfoque no es nuevo, ya que “desde el propio Triunfo de la Revolución, se han provisto servicios de cuidado por diferentes instituciones”.
Sin embargo, el Decreto 109 tiene como objetivo ir más allá de una visión sectorial y consolidar un sistema que integre a todos los actores involucrados en el cuidado.
Fonseca destacó la importancia de reconocer que la demanda de cuidados va a aumentar en el contexto demográfico actual de Cuba, donde la población envejece rápidamente. Esto ha llevado a la necesidad de una mayor corresponsabilidad entre los sectores estatal y no estatal. “No es posible que solo las entidades del sector estatal asuman esta misión”, afirmó el viceministro.
Por su parte, Magela Romero Quesada, jefa de la red de cuidados de Cuba complementó esta visión al subrayar que “el cuidado es un trabajo, el más importante de todos porque sostiene la vida”.
La nueva normativa reconoce que todas las personas a lo largo del curso de su vida requieren cuidado, lo que representa un cambio fundamental en la percepción del cuidado.“El cuidado es un derecho humano”, sostuvo Romero, lo que implica que cada persona tiene el derecho a ser cuidada, a cuidar y al autocuidado.
La jefa de la red de cuidados también resaltó la importancia de la integralidad en este nuevo enfoque.
“La integralidad no solo explica que el cuidado es un asunto de salud pública, sino que requiere una respuesta intersectorial, lo que significa que diversos ministerios y actores de la sociedad civil estarán implicados en el desarrollo e implementación de este sistema”, explicó.
El Decreto 109 no solo busca atender las necesidades de quienes requieren cuidados, sino también a quienes los brindan. Fonseca mencionó que el sistema debe articular un apoyo, más garantías, una atención especial para los cuidadores, quienes a menudo enfrentan situaciones de vulnerabilidad y pobreza al dedicarse a esta labor.
Asimismo, añadió que es crucial cambiar la visión de la sociedad sobre los cuidados, reconociendo su valor no solo en términos emocionales, sino también como un aporte significativo al desarrollo económico. “El cuidado es el trabajo que generalmente hacen las mujeres”, señaló, lo que a menudo resulta en un deterioro de su autonomía y bienestar.
El Decreto 109 representa un avance significativo en el reconocimiento del cuidado como un derecho humano en Cuba. A través de un enfoque integral y coordinado, el país busca no solo atender las necesidades de los que requieren cuidados, sino también apoyar a quienes los brindan.
Este esfuerzo podría transformar la manera en que la sociedad cubana percibe y valora el cuidado, promoviendo una cultura de corresponsabilidad y solidaridad. La implementación efectiva de este sistema podría ser un modelo para otras naciones que enfrentan desafíos similares en la atención y el cuidado de sus poblaciones.
La licenciada Yelene Palmero García, investigadora del Centro de Estudios de la Mujer de la FMC, señaló que no se trata solo de “cuidar al otro, sino saber cómo cuidarse uno mismo”.
Puntualizó que “cuando hablamos de los beneficiarios del Sistema Nacional para el Cuidado Integral de la Vida, hablamos de la población en general, pero el sistema tiene una población priorizada (los niños y las niñas de 0 a 12 años, las personas adultas mayores, las personas en situación de discapacidad o enfermos o discapacitados temporalmente o por accidentes, y también incluye a las personas cuidadoras”.
Palmero García refirió que varias investigaciones indican que muchas de las mujeres en edad laboral han tenido que abandonar sus puestos de trabajo por los cuidados. “Esto las coloca en una situación de desventaja, tanto económica como de seguridad social, y limita su autonomía y su desarrollo personal y profesional”.
En este sentido, destacó, el sistema reconoce el desempeño del trabajo de cuidados.
“Nuestro gran paso de avance será, a mediano o largo plazo, que sea reconocido también y que, en algún momento, si el contexto económico lo permite, que sea remunerado, porque es un trabajo que necesita ser pagado”, dijo la investigadora.
El viceministro de Trabajo y Seguridad Social, Ariel Fonseca Quesada, explicó que para ejercer la actividad del cuidado desde el sector no estatal es necesaria la certificación.
Puntualizó que las escuelas para cuidadores no son solo para las personas que ejercen esa actividad de manera remunerada. “Esas escuelas están abiertas para que todas las personas que ofrecen cuidados puedan asistir”.
Fonseca Quesada reconoció que no es posible para el Estado cubano “remunerar a las personas que salen de esa actividad económica a cuidar a uno de sus familiares”.
El Gobierno territorial, señaló, tiene que definir sus demandas de cuidado, con el objetivo de promover la autonomía.
Dijo que desde las direcciones de Trabajo “tenemos cerca de 14 000 personas que llamamos asistentes sociales a domicilio, que cuidan a las personas mayores que viven solas y no tienen familiares en su vivienda”.
El funcionario destacó que es imprescindible un cambio cultural para que “todos nos impliquemos”.
Mencionó que las mujeres cuidadoras continúan siendo mayoría absoluta en Cuba (más del 80%).
Para el viceministro, uno de los objetivos esenciales del Decreto 109 es lograr la corresponsabilidad en el cuidado: “Tratar que todos participemos”.
Palmero García, investigadora del Centro de Estudios de la Mujer de la FMC, mencionó que el sistema no solo tributa a la corresponsabilidad entre hombres y mujeres, sino también entre los diferentes actores sociales, pues involucra a los actores económicos no estatales y las comunidades, la sociedad civil, los activistas y la academia.
La Dra. Magela Romero Almodóvar, jefa de la Red de Cuidados de Cuba, destacó la articulación entre la academia y la política: “En esa articulación ha tenido un papel muy importante la red. En esa alianza hemos puesto todos los resultados que hemos obtenido”.
Aseveró que el proceso de capacitación y socialización de resultados e investigaciones también ha tenido como principal objetivo posicionar esta apuesta, que busca la equidad y la justicia.
“En la base del sistema, una de las aspiraciones más importantes es lograr la transformación de la división sexual del trabajo, es decir, que el cuidado no sea una asignación a las mujeres. Tiene que ser un trabajo que éticamente se entienda como humano, que es responsabilidad de todas las personas”, dijo.
Afirmó que hay “mucho de las costumbres que normalizan esa explotación del trabajo de las mujeres”.
También hablamos, señaló Romero Quesada, de revalorizar el trabajo del cuidado.
El viceministro de Trabajo y Seguridad Social afirmó que hay avances en la implementación del sistema.
“Hemos fortalecido las capacidades territoriales. La red y los cuadros del MTSS y de otras instituciones hemos participado desde Guantánamo hasta Pinar del Río discutiendo, analizando, reflexionando sobre estos temas, porque es importante que el cambio cultural empiece también por los funcionarios y especialistas a quienes corresponde la implementación del sistema”, aseguró Fonseca Quesada.
Añadió que se han aprobado perfeccionamientos de políticas en materia de cuidados.
Reconoció que tienen desafíos, y que debe continuar la mejoría en la coherencia y articulación de políticas.
Fonseca destacó la necesidad de que el sistema también esté en las áreas rurales, donde hay menos instituciones de cuidado.