Jesús Arboleya - Progreso Semanal.- Una de las grandes interrogantes de la historia contemporánea, es la razón por la cual Washington no se ha decidido a invadir a Cuba, cuando lo ha hecho en decenas de otros países. A decir verdad, no existe otra explicación lógica que no sea el temor a la resistencia del pueblo cubano y la reacción doméstica e internacional que acarrearía un evento de esta naturaleza, sin una excusa convincente. Debido a esto, el objetivo del gobierno norteamericano ha sido aprovechar cualquier excusa para intervenir militarmente en Cuba. Incluso las organizaciones contrarrevolucionarias han sido creadas con esta misión, toda vez que nunca se han planteado derrocar al gobierno cubano por sí mismas.
A falta de esta excusa suprema, la reciente explosión de varios tanques de almacenamiento de combustible, ubicados en la bahía de Matanzas, en el occidente del país, podía haberles dado la oportunidad para un despliegue del poderío norteamericano en tierra cubana.
Frente al mayor incendio que se tenga noticias en Cuba, la parte cubana solicitó ayuda internacional y varias naciones, en especial México y Venezuela, respondieron rápidamente mediante el envío de técnicos e insumos para aplacar el siniestro. El gobierno norteamericano, que cuenta con los recursos más avanzados del mundo para enfrentar este tipo de desastre y el que más rápido podía haber llegado, ofreció un modesto “asesoramiento técnico”, que la parte cubana dice haber aceptado.
Era la ocasión para que Estados Unidos desplegara sus potentes medios militares y técnicos sobre la bahía matancera. La zona se hubiese visto inundada de aviones, helicópteros y embarcaciones mostrando banderas norteamericanas, modernas armas dispararían agua y químicos contra el fuego, mientras que drones y satélites se hubiesen encargado de reportar la precisión de las acciones para el resto del mundo. Hasta la prensa cubana hubiese informado de la heroicidad mostrada por los “invasores” estadounidenses, así como las expresiones de amistad, admiración y agradecimiento recibidas del pueblo cubano.
Nada, que perdieron la oportunidad de lucir vencedores en Cuba. Se lo impidieron razones de falta de elegancia y estilo. Es evidente que la generosidad y el pundonor no forman parte de las cualidades de los invasores estadounidenses.
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