Los enemigos de Rusia vienen de siglos atrás hasta formar un grupo que denominaremos “los otanistas”, su primera reunión la tuvieron hace 75 años. Tanto aquellos anteriores como éstos de 1949 han hecho cuentas siempre, pero no de los resultados sino de sus ilusiones en la manera de dividir y repartirse la piel del oso antes de cazarlo. Los cuentos populares recogen buena parte de la experiencia humana, y aquí nos podemos referir al cuento conocido como La lechera, una fábula de Samaniego que habla de las ilusiones vanas y sus resultados, en un momento declara “¡oh loca fantasía, que palacios fabricas en el viento! Modera tu alegría, no sea que saltando de contento, al contemplar dichosa tu mudanza, quiebre su cantarillo la esperanza”, les invito a escucharla en la voz de Paco Ibáñez: https://www.youtube.com/watch?v=M0r5o2uEP3w
Ahora bien, ustedes dirán ¿qué tiene que ver La lechera con la OTAN? El personaje imagina su plan de inversión y se ilusiona con el dinero que calcula va a obtener por la venta de su cántaro de leche, y tanto lo convierte en dólar financiero que cuando se desploma y la leche se derrama en el golpe con el suelo – realidad se pierde no hay qué recoger más que los pedazos del recipiente. No hay ni piel de oso ni ganancias filisteas de inversionistas, sí hay final inverso al imaginado, solo final inverso, o lo que es lo mismo: la OTAN lleva el parásito en su interior que hace que fracase. Las ilusiones del imperio yanqui son las de La Lechera, el Plan de Futuro lo constituye la imaginación fantasiosa imperial.
¿Y el régimen monárquico español en qué invierte?, ¿aspira que que el imperio le de un pelo del oso, una gota de leche del cántaro sobre el que en Wall Street hacen cuentas?
Vayamos a las cuentas del primer secretario general otanista, el inglés Lionel Ismay: “Echar a los rusos de Europa, poner a los alemanes abajo, y colocar dentro a los estadounidenses.” ¿Qué se puede decir a ese plan?: que es muy inteligente el colonialista inglés, él, tan buen partidario del enriquecimiento pirata, es su tradición, veía el futuro. Al fin y al cabo había participado en la disolución de la unidad hindú, separando a Pakistan y Banglades de India. Eso fue antes de la creación de la OTAN, y mirando a Rusia con ojos puntiagudos le debía hervir el líquido de las venas diciéndole una vez y otra “divide y vencerás”. La Organización Terrorista parece creada con la ilusión de repetir el “imperio indio británico” cuyo sable había sajado además otros pedazos como Birmania y Ceilán.
Éste personaje matachín que infla su cabeza de aire y parodia en ella sus antiguas guerras cuando piensa en Rusia, fue el personaje conque el criminal Churchill compartió el plan de eliminar a millones de hindúes, recuerden, lean con atención, guarden el artículo que les ofrezco aquí: https://mid.ru/en/foreign_policy/historical_materials/1804830/ , con esto pueden aprender una ley de principio fundamental del imperialismo, el dominio como genocidio se construye con expansión, con división, o con los dos pies. Ese fue el intento contra la URSS en 1917, el mismo que pensaban lanzar durante la 2ª guerra mundial, el empleado con la creación del plan inspirador de la OTAN, recuerden lo declarado por ese primer generalito y jefe de la Organización Tan, tan es el sonido de un tambor, ¿qué ilusión querría transmitir?: “Echar a los rusos de Europa, poner a los alemanes abajo, y colocar dentro a los estadounidenses.”
Pero un año tras otro han ido recortando distancia y estableciendo bases militares ilusionándose con el nuevo asalto a Rusia es el viejo plan de repartirse la piel del oso que les da para pensar como a La Lechera. Desde luego hay irracionalidad, muchísima arrogancia, que les infla como un globo el desprecio y el odio, cosa que aleja de la raíz con lo que tientan la posibilidad de provocar una guerra nuclear. ¡Qué mal está el imperio cuando juega de semejante forma desesperada! Y al mismo tiempo sus representantes, vendedores de armas, alzan la voz diciendo que su imperio no va al frente y eso lo cumple, azuza a los virreyes lacayos europeos a morder los tobillos del oso, así es como ven “a los alemanes abajo, y colocar dentro a los estadounidenses”. Que sus caniches se tiren a los bajos de los pantalones del oso, que sus mercenarios proxys, o delegados, o apoderados en Europa gasten los propios dineros de su gente en comprarles armas a ellos, y que les paguen su Organización Tan, tan que les han puesto la oficina administrativa en Bruselas para que no tengan que perder tiempo en viajes. ¿Entendemos el negocio imperialista? La Organización Tan, tan emplea el 70% de todo el material de guerra que que se cuenta en el mundo y que además se asimila a los planes de organización imperialista y su proyecto anti ruso, ahí se encuentra el plan, pura agresión, imaginado por el otanista Lionel Ismay, la piel del oso le volvía loco, le llevaba a hacerse ilusiones Lecheras. Ahora bien, no dejemos de mirar donde han instalado sus armas y bases tras ir sorteando ofertas de paz de Rusia, de Norte a Sur pisan tierras bálticas, bajan por Europa y se atrincheran en aguas del Mar Negro, … ¿atrincherarse en el agua?, ¿usted cree eso posible cuando ni en Ucrania tocan fondo?
El imperio yanqui no va a ver ni la piel del oso, ni la ilusión de La Lechera. Y en el apéndice de Europa, la península ibérica, también oigo que la gente grita: Otan No. Bases Fuera. Es la primera razón de la paz, eso es decir No a la guerra, eso es exigir ¡yanquis fuera!
Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: Gaza 51 días; Palestina. Crónicas de vida y Resistencia; Dietario de Crisis; Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero; Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios. Y, Palestina es Palestina. Presidente de AMANE, perteneciente a la Asociación Europea de Apoyo a los Detenidos Palestinos. Miembro de la Red en Defensa de la Humanidad e Integrante de la Red de Artistas, Intelectuales y Comunicadores Solidarios con Nicaragua y el FSLN.
La Columna es un espacio de opinión personal y libre de las personas autoras y no necesariamente tiene por qué representar la de Cubainformación
