Por Lazaro Fariñas*/Foto Virgilio Ponce -Martianos.- digital@juventudrebelde.cu.- Leo opiniones de ciudadanos cubanos residentes en la isla y me doy cuenta que para una inmensa cantidad de ellos las MIPYMES son la causa principal de las penurias por las cuales atraviesa la economía de la isla. Cada cual tiene el derecho de pensar como mejor le parezca, pero para mí, ellas han llegado para resolver problemas que el gobierno no ha podido resolver.

Es verdad que los precios de los productos que estas venden están altos y que no todos tienen suficientes entradas de dinero para poder comprarlos, pero las tiendas estatales también venden sus productos con precios inalcanzables para la población y no veo esas aclamaciones para que las cierren.

No es solo en Cuba donde la inflación ha impactado el precio de las mercancías, es en el mundo entero, lo siento yo en Miami, como lo puede sentir un francés en Paris. La mercancía que esas tiendas privadas venden a la población cubana están compradas en un mercado afectado por la inflación mundial. Quizás algunos dueños ponen un margen de ganancia sumamente alto, pero con que la población deje de adquirirlos, no les quedará ningún otro remedio que bajarlos.

He tenido negocios de electrodomésticos y siempre me conformé con ganarle alrededor de un 10% por encima del costo. Aunque en realidad, si no lo hacía así no hubiera vendido ni un solo refrigerador ya que toda la competencia los vendían con más o menos ese margen de ganancia.

El problema es que antes de que esos tipos de negocios existieran en Cuba, no se podían conseguir los productos que hoy se consiguen. ¿Será que los críticos de esa gestión privada prefieren que no haya productos en el mercado minorista, a que los haya aunque el precio sea desorbitado?

Yo realmente me voy por el Plan Camarioca, «Hay, pero no te toca», a estar en el Plan Escambray, «Te toca pero no hay».

*Lazaro Fariñas, periodista cubano, residente en EEUU.

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