Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.-

Cuando con Trump se cuenta para influir en el mundo y a Clinton se le saca del manicomio, la locura aumenta su poder. No votamos en EEUU, pero nos imponen seguirle la corriente. Trump, con sus exabruptos fascistas, degenera un poco más a la nación imprescindible para el mundo. Clinton, con su disfraz de moderación y responsabilidad mundial, glorifica que sigamos sosteniendo a su país.

Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- Casi todo el mundo se moviliza. Hombres y mujeres de todas las clases sociales, profesiones, ideologías y en cuanta cosa se organiza la humanidad se movilizan, se movilizan solidariamente juntos. Un hecho insólito en una movilización combativa al llamado de un pequeño e insignificante trozo de tierra del planeta. Muy pronto volverá a discutirse en las Naciones Unidas la “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”.

Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- El color azul puede ser añil, índigo, cobalto, celeste, turquesa, zafiro y cuántas tonalidades más puedan regirse por el azul, y ahí está el asunto: siempre es azul. Eso es la Revolución Cubana, su historia, su gobierno, sus instituciones y todo el bien que ansiamos que siga siendo.

Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- El gran escritor portugués José Saramago, no sin buen humor, dijo una vez que “nos aconsejan a todos realizar ejercicios físicos, y ¿por qué no aconsejan a los deportistas con la misma prontitud que lean libros?” Y así es, porque si el cuerpo merece moverse, la mente también está necesitada del mismo impulso. Somos una sola cosa: eso que mueve el mundo y puede transformarlo.

Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- Para la gran prensa y también para muchos políticos el ciclón Matthew “no pasó” por Cuba. Sí pasó por Haití y se cuentan cientos de muertos agregados a las catástrofes del terremoto y el cólera de hace unos años en ese país. Ahora “el monstruo” -para mayor espectacularidad de la vida cotidiana en EEUU- se dirige hacia Cabo Cañaveral. Es el mismo espectáculo de pacotilla con que se digiere la política por estos mundos de Dios: qué pena Haití; aún cuando la vergüenza en que el mundo mira cómo viven millones de haitianos solo provoque una lágrima vigilada.

Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- A propósito de un intenso debate sobre el concepto del “revolucionario” que, entre otras cuestiones relacionadas, sostuvimos algunos compañeros en los blogs “La pupila insomne” y “La Joven Cuba” fundamentalmente, ahora nos aparece un sustancial aporte para que sepamos distinguir bien qué es lo que más contribuye a la división de los cubanos en vez de a su acercamiento. Se trata del artículo de Fernando Ravsberg “¿Se puede ser revolucionario y  conservador?” que, luego de aparecer en su blog, corre veloz con su infantilismo por múltiples direcciones de correos electrónicos diciendo: “En Cuba se desfiguró el significado de la palabra “revolucionario”, adjudicándosela a todo aquel que proclame verbalmente su apoyo al sistema socialista. Algunos incluso reciben un salario, viajes al extranjero, automóvil, gasolina, vacaciones en hoteles y otros privilegios por dedicarse a “defender la revolución” en Internet.”

Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- La guerra, la incomprensión de la paz, la pesadilla de la realidad, la mal llamada democracia donde los medios sirven a poderosos enemigos de los pueblos, todo junto y seguro que mucho más hay en el espectáculo de cada día.