Rosa Miriam Elizalde.- El archipiélago cubano cabe 90 veces en Estados Unidos.  No tiene litio, ni grandes reservas minerales y hasta ahora no se ha encontrado, como en México, un pozo que despierte el voraz apetito de la industria petrolera. Cuba es “un palmar en medio del océano”, dijo José Fornaris, poeta romántico del siglo XIX.  “Una isla atrapada en el ciclo infernal de la caña de azúcar”, la describió Jean Paul Sartre en su libro Huracán sobre el azúcar (1961), donde intentó explicar por qué se produjo la Revolución de 1959.

Rosa Miriam Elizalde.- El hispanista Karl Zeligman contó que tenía 12 años cuando salió de Alemania, en 1939, en un avión ocupado por niños judíos con destino a Londres. Al llegar al espacio aéreo británico, la torre de control prohibió el aterrizaje y le exigió al piloto que regresara a Alemania. Él fingió una avería y un aterrizaje forzoso, consciente de lo que esperaba a los pasajeros si volvían a su país. El profesor Zeligman durante décadas seguía soñando que iba en ese avión y que no aterrizaban nunca en Londres. Su pesadilla -lo sabía- era la realidad donde estaban instalados otros.