Nunca se debe esperar a que las amenazas traspasen las palabras, a que los celos se conviertan en marcas en el cuerpo, a que el hogar se transforme en cárcel y el amor sea la justificación para la violencia
Carmen Maturell Senon - Revista Mujeres.- Él la esperaba en la puerta, aunque sabía dónde estaba; tramó situaciones en su mente al percatarse de la hora y las pocas llamadas sin responder. La ira lo fue consumiendo. Ella divisó de lejos su aura demonizada, pero continúo con su andar calmado junto a sus dos pequeñas. Nunca imaginó que la agresión llegaría de la mano de quien una vez amó.