Andrés Marí - Cubainformación / Fundació Vivint.- No está pasando en Catalunya exactamente igual a las elecciones que nos ofreció Saramago en su excelente novela ‘Ensayo sobre la lucidez’…, pero ¿qué necesidad había de celebrarlas, a pesar de la advertencia de los especialistas médicos en plena ola de la pandemia? Ninguna, y ninguna por esos ya más de 20 mil muertos en el territorio y los que faltan…, esos que debían ser la máxima preocupación de los políticos y de todas las instancias de la democracia que tenemos…
¿Es que Catalunya es un territorio fallido?… ¿Es que en verdad el poder del pueblo, para quien es la democracia, ha sido vaciado para que jamás pueda controlar lo que unos misteriosos poderes han concebido para él?… Ni en buenos tiempos he creído claramente en estas elecciones. En primer lugar por el dineral que se gasta en una lid que, la mayor parte de las veces, gane quien gane todo queda igual: los más necesitados de ese dinero siguen en las llamadas “colas del hambre” y los demás a continuar insistiendo en no estar en ellas. Esto no es civismo ni patriotismo, esto es fanatismo e idiotez: las grandes características de un sistema político, económico, social y cultural donde la libertad de “un ciudadano, un voto”, aun siendo una conquista luchada, sufrida y ganada por las clases populares, cada vez se hace más evidente que las otras clases, con la más minoritaria a la cabeza, apenas ceden terrenos de su libertad y los que dan son básicamente baldíos o encerronas para hacernos ver que eso es lo que valen los pueblos con dignidad virtual.
En fin, algunos dicen que las elecciones son buenas, que te dan una esperanza… Y yo he intentado descifrarla. Aquí en Catalunya dirán que el independentismo no está vencido y unos gritarán que “no se quede en casa ni un voto independentista”, y otros también nos alentarán a votar “a ver si acabamos con el independentismo de una puñetera vez”… ¿De verdad creemos que no podíamos esperar a unas mejores condiciones para celebrarlas? ‘¡No!’ Eso dicen, pues según los que hablan, “la democracia está por encima de cualquier otro derecho e irán a votar los sanos, los sospechosos en cuarentena y hasta los enfermos con el covid”…
Y a votar hemos ido… Yo, personalmente, fui en el horario ‘recomendado’ para las personas sanas y de riesgo y donde yo tengo los mayores… La cola era gigantesca y con personas de todas las edades, incluso con jóvenes acompañando a ancianos que llevaban bastones… Era una cola demasiado penosa y me fui sin ejercer el derecho que algunos ejemplifican como el supremo ejercicio de mi enorme ‘libertad’… No creo que sea natural ninguna de la victoria que salga en estas elecciones y solo me alimenta el deseo de que tal ‘hazaña’ no nos aumente los muertos ni los contagios… También, que algún día podamos aprender todos que este tipo de elecciones, en pandemia o sin ella, casi siempre benefician al orden donde gira la ruleta del poder y joden a otros que no esperaban sus balas por los efectos colaterales…
¿Qué propongo? Que se debata amplia y popularmente ‘la victoria’ que hoy se celebre en Catalunya y, también, ¿qué valores para la libertad y la democracia del pueblo han significado ‘las victorias electorales’ anteriores? Porque si la victoria de hoy y las anteriores solo servirá y han servido para hacernos más dóciles y cómplices del sistema que elimina, en nombre de la libertad y la democracia, el verdadero poder del pueblo para decidir los valores de estos conceptos y controlarlos siempre, es que la historia que se ha hecho con ellos caminará y seguirá caminado sin él.
* Andrés Marí es escritor, profesor y actor cubano residente en Catalunya.
