Raúl Antonio Capote* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano


Una noticia sorprendió en las últimas horas a todo el mundo, el Secretario de Estado de EE.UU. Marco Rubio, fue nombrado administrador en funciones de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

La nota de prensa de la oficina del portavoz del Departamento de Estado, dice lo siguiente: “Como medida provisional para obtener el control y una mejor comprensión de la actividad de la agencia, el presidente Donald J. Trump, ha nombrado al secretario de Estado Marco Rubio administrador en funciones”.

Según Donald Trump, criterio que ha sido respaldado por Marco Rubio y Elon Musk, la USAID se ha desviado durante mucho tiempo de su misión original de promover responsablemente los intereses estadounidenses en el extranjero.

Rubio aseguró que el nivel de «insubordinación» que hay en la entidad «hace imposible efectuar una especie de revisión seria» y se mostró «muy preocupado» por las informaciones de que los empleados de la agencia se están «negando a cooperar» con personas vinculadas al nuevo Gobierno de Donald Trump.

Menudo administrador ha nombrado la Casa Blanca para su institución estrella en las relaciones internacionales, la USAID ha sido la punta de lanza del intervencionismo yanqui en el mundo, fachada perfecta de los servicios especiales de ese país.

Bajo su tutela se han realizado un centenar de golpes de estado, revoluciones de colores, acciones encubiertas, se ha entrenado a represores, torturadores y asesinos.

La USAID financia a miles de ONG en todo el mundo, cuyo propósito es desestabilizar regiones enteras, bajo el manto de la ayuda internacional, ha formado a activistas del caos y pagado a Judas de toda laya.

Por otro lado, el administrador recién nombrado, es conocido por sus posiciones de línea dura a favor de Israel y contra Irán, China, Cuba, Venezuela, y Nicaragua. Es uno de los senadores que más dinero ha recibido de la Asociación Nacional del Rifle, que le ha donado 3.303.355 de dólares.

En 2016, promulgó un proyecto de ley conocido como «Nica Act» que tiene como objetivo limitar el acceso de Nicaragua a préstamos internacionales​.

Asimismo, en el 2011 apoyó la agresión militar contra Libia, también ha sido feroz crítico del presidente de Colombia, Gustavo Petro, mientras simpatiza con Javier Milei, en Argentina, o Nayib Bukele, en El Salvador.

Además, es antiabortista, anti inmigrante, defensor del derecho de los ciudadanos a portar armas, etc.

Muchos comentan la contradicción que significa su ascenso al lado de Trump, a pesar de que su visión de EE.UU. poco tiene que ver con el aislacionismo que pregona y defiende este.

Además, ha sido un duro crítico del actual presidente, llegando a mantener fuertes enfrentamientos en años anteriores y durante la última campaña por la candidatura del partido.

Quizás su ascenso se debe a su trabajo como presidente del Comité de Inteligencia en el Senado y miembro del Comité de Relaciones Exteriores, donde tuvo acceso a información importante sobre su actual jefe.

Es bueno recordar que, cuando las investigaciones relacionadas con la supuesta intervención rusa en las elecciones de EE.UU. y la relación de Trump con Moscú, la mayor parte de la información iba a parar a manos del Comité de Inteligencia.

Se trata solo de una conjetura, pero dadas las circunstancias puede tener visos de realidad.
De todas formas, hay que dar tiempo al tiempo para ver cuál será el resultado de este “matrimonio” entre el que fue considerado príncipe heredero del Partido Republicano hace unos años y el “infalible” magnate inquilino de la Casa Blanca.

Por ahora, parece ser su hombre de confianza, no es poca cosa que ponga en sus manos a la USAID, una entidad creada por una ley del Congreso, que tiene un presupuesto de 42.800 millones de dólares, cuenta con unos 10.000 empleados, centenares de ONG, agencias gubernamentales y patrocinadores a su servicio. ¿Cuál es su tarea, salvar, domar o destruir a la USAID?

(*) Escritor, profesor, investigador y periodista cubano. Es autor de “Juego de Iluminaciones”, “El caballero ilustrado”, “El adversario”, “Enemigo” y “La guerra que se nos hace”.

La Usaid en desgracia o la nueva narrativa de las viejas patrañas

El presidente Donald Trump ordenó congelar la asistencia exterior que gestiona la agencia, con el fin de evaluar si se alinea con su agenda presidencial

Raúl Antonio Capote

Granma

La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), organización fundada por John F. Kennedy en 1961, enfrenta una grave crisis.

El presidente Donald Trump ordenó congelar la asistencia exterior que gestiona la agencia, con el fin de evaluar si se alinea con su agenda presidencial.

Según el mandatario, la Usaid ha sido «dirigida por un puñado de lunáticos radicales». Esta afirmación podría tener cierta veracidad, si se definiera la raíz de sus contratistas y patrocinadores, representantes de la derecha más recalcitrante de Estados Unidos.

En ese orden de cosas, el millonario Elon Musk, asesor de Trump, expresó en la red social x que la agencia ha sido «vinculada repetidamente a actividades de inteligencia (...) a golpes de Estado en Haití, Ucrania, Egipto y otros países», y la calificó de «organización criminal», coligada incluso a la producción de armas biológicas.

¿La Usaid vinculada a la cia? ¿Acaso no eran esas patrañas del «régimen cubano»?

Recordemos que América Latina fue el escenario del primer programa de la Usaid en el continente en 1961: la Alianza para el Progreso, una suerte de Plan Marshall. Sin embargo, sus fondos no se destinaron al desarrollo económico-social, sino que en los años 70 financiaron la tortura y el crimen.

La Usaid colaboró con la cia en el adiestramiento de fuerzas policiales en regímenes golpistas de Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil y Argentina. Documentos desclasificados demuestran la participación de la organización en el Plan Cóndor en Latinoamérica y su responsabilidad en la desaparición de miles de personas.

Su huella subversiva se extiende a África, Asia, Europa, Medio Oriente, a todo el mundo. Está vinculada a «golpes blandos» y a «revoluciones de colores», al financiamiento del caos y la ingobernabilidad.

Largo y tortuoso ha sido el camino de la Usaid al servicio de los intereses estadounidenses. Contra Cuba, Venezuela y Nicaragua ha servido, junto con la ned, de fachada para las acciones de la cia, y de canal para los fondos que financian a la contrarrevolución.

Si algo es cierto, de lo señalado por Trump, es que esta institución es un intrincado sistema de corrupción que desvía millones de dólares a través de las mal llamadas «ayudas humanitarias».

Cabe mencionar que, durante el anterior mandato del actual Presidente, la «marxista» Usaid invirtió más de 100 000 000 de dólares para «cambiar el sistema político» en Cuba.

En conclusión, el problema de la «vieja dama» no es político ni económico, mucho menos ideológico; esta organización, pilar de la doctrina Monroe, debe «morir» y renacer lista para brillar en los nuevos escenarios, necesita ser purgada y sometida al proyecto imperialista de Donald Trump.

 

La Columna es un espacio libre de opinión personal de autoras y autores amigos de Cuba, que no representa necesariamente la línea editorial de Cubainformación.

La Columna
Raúl Antonio Capote* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano...
Raúl Antonio Capote* / Colaboración Especial para Resumen Latinoamericano...
Raúl Antonio Capote - Granma / Resumen Latinoamericano...
Lo último
La Columna
La Revista