Raúl Antonio Capote*
Eso de que el tiempo se va volando no es un lugar común, ni una metáfora, pasaron 14 años de la denuncia conocida como Razones de Cuba y parece que la maquinaria de los relojes se detuvo en febrero del 2011, Chronos se quedó dormido y el Padre Tiempo, ese que porta una afilada guadaña para cosechar, se perdió en alguna guardarraya.
Claro es solo un problema de percepción, de sensaciones, como pasa con el clima, que puede que tengamos 30 grados y sin embargo sentimos que hay 40.
Uno se hace un millón de preguntas, se cuestiona cosas, recuerda otras que parece que conversaste con alguien ayer mismo, un alguien que se desdibuja y confunde con muchos otros.
Recuerdo que una vez dijimos en un conversatorio, que no considerábamos haber realizado nada extraordinario, porque miles de cubanos asumían tareas tan o más complejas que las nuestras y uno de los alguien afirmó que era verdad porque habían millones de agentes de los OSE en Cuba, muchos de ellos desclasificados como nosotros.
Entonces un veterano oficial nos refutó: «Eso solo es verdad en parte, porque no todo el mundo participa en una denuncia pública, no todo el mundo sale a retar al enemigo, no todo el mundo se pone así en peligro y asume el rostro de todos los combatientes de los OSE».
Sigo creyendo que no fue nada excepcional, ni extraordinario, además después del 2011 solo queríamos llevar una vida normal, ser útiles a Cuba, que se aprovechara nuestra experiencia.
Han sido 14 años de lucha, creo que no nos hemos tomado descanso ni de un día y hemos sufrido en carne propia la más dura campaña de descrédito por parte de los enemigos externos e internos.
Iroel Sánchez y Enrique Ubieta me alertaron días entes sobre lo que ocurriría, incluso Iroel me recomendó que descargara de Google todo lo que decían y habían escrito sobre mi persona hasta la fecha de la denuncia, porque después desaparecería, así fue.
Por suerte lo hice, aquellas publicaciones firmadas por ilustres críticos, en revistas, libros y periódicos (No los voy a citar, no merece cita quien dice digo donde antes dijo Diego) me sirven a veces, quizás como almohada de consuelo o como agujero de refugio en medio de las balas. también en esos días en que el ego necesita «cariñitos».
No sé en que momento pasé de ser «el reformador de la novela cubana», un escritor del grupo de los «exquisitos» de la nueva narrativa en nuestro país, por la «riqueza» del léxico utilizado, por apostar a «la belleza de la escritura», por el «dominio del idioma» a ser un «escribano impostado».
Por aquellos años en que publiqué en Letras Cubanas, El Caballero Ilustrado y El Adversario en Plaza Mayor, muchos alguien en Cuba y fuera de Cuba, se deshicieron en loas, que por suerte no afectaron mi ego,ni creí las exageradas alabanzas, siempre me dediqué a leer y a estudiar con ahínco.
Nunca dejé de ser el escritor crucense del taller literario de Rigoberto Ortiz, socio de mis socios, buen ecobio de los escobios de La Habana, aquellos que no eran invitados a los salones de la literatura capitalina, pero escribían como los dioses.
Pasé a ser, sin defensa, un «burdo propagandista», que abusa de términos en sus escritos como ese tan «vulgar» y «poco intelectual» de «imperialismo yanqui», un adjetivador consumado, alguien que ha renunciado a la «belleza literaria en aras de la propaganda», un «escribano», para rematar un periodista a quien, y este es el colmo del disparate, el Departamento Ideológico del CCPCC, le escribe los comentarios que publica con su nombre en el diario Granma.
Nunca en mi vida me he divertido tanto, aunque a veces ha sido difícil, porque, aunque muchos no lo crean, soy un ser humano de carne y hueso y como diría un alguien muy querido, tengo mi corazoncito.
Sin embargo ¿Qué más puedo desear? estos años me han dado millones de satisfacciones, decenas de buenos amigos y excelentes enemigos, la lista de alegrías es muy muy larga, soy abuelo, los medios nacionales e internacionales publican lo que escribo, tengo consagrados lectores ¿Qué más?
Siempre guardaré en la memoria aquella presentación que hizo Abel Prieto en la Sala Nicolás Guillén de La Cabaña, durante del Feria del Libro del 2012, de mi libro Enemigo, la extraordinaria presentación en el cine de Las Tunas con más de 2000 personas.
Los recorridos por todas las universidades del país, sobre todo por la Universidad de Oriente y las de Camaguey y Ciego de Ávila, por los Preuniversitarios y Secundarias Básicas.
Guardaré siempre en la memoria con especial deleite la presentación de mi libro «Guarimbas: Los gestores del caos», durante la Feria del Libro de Caracas en el 2024, Feria en la que fui «invitado especial».
No olvidaré el enorme cariño de los venezolanos y venezolanas, la acogida brindada por la almiranta en jefa Carmen Meléndez y por todo el equipo de la Alcaldía de Caracas y de Fundarte, por mi amigo Miguel Pérez Pirela de la Iguana, etc.
Tampoco mi viaje a Chile, la tierra de Allende y los amigos que allí hice, mucho menos a mis amigos italianos de la ANAIC, ni el transito por ese equipo tan especial de Granma Internacional.
Recientemente logré recuperar mi condición de Profesor Auxiliar, una de mis metas incumplidas al fin satisfecha, bueno millones de satisfacciones.
La mayor de todas es seguir siendo quien soy, quien fui siempre, un humilde cubano, el escritor de Cruces, el maestro del barrio de Mantilla.
Muchas felicidades a mis compañeros de la denuncia, mucho de lo que develaron en aquellos días del 2011, ahora Elon Musk, resulta ser que lo «descubre» y muchos se «caen de nalgas» con asombro, con cosas que se denunciaron con pelos y señales en la serie Razones de Cuba.
Un gran abrazo, espero llegar al 15 aniversario y celebrarlo con los míos, en medio de este nuevo combate mortal en el que estamos y del que desafortunadamente algunos no se han percatado que ocurre.
La foto es un ejemplo de lo que menciono al inicio del escrito, yo no salí del frío, nací del corazón ardiente de mi patria, de ahí vine y en el reposaré más temprano que tarde.
FELIZ ANIVERSARIO XIV DE RAZONES DE CUBA
(*) Escritor, profesor, investigador y periodista cubano. Es autor de “Juego de Iluminaciones”, “El caballero ilustrado”, “El adversario”, “Enemigo” y “La guerra que se nos hace”.
La Columna es un espacio libre de opinión personal de autoras y autores amigos de Cuba, que no representa necesariamente la línea editorial de Cubainformación.