Artur González / Heraldo Cubano.- Miles de millones de dólares ha malgastado Estados Unidos para hacer fracasar la Revolución cubana, inicialmente con actos de terrorismo contra sus instalaciones industriales, campos de caña, refinerías de petróleo, centros comerciales, puentes, líneas de ferrocarril y cualquier elemento que posibilitara el desarrollo económico del país.
Así consta en sus planes desclasificados con total desfachatez, donde el objetivo a alcanzar es que el pueblo pase hambre y culpe al sistema socialista de sus penurias, expuesto claramente en 1960 por el subsecretario de Estado, cuando propuso:
“Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.
Como esto no resultó, los presidentes de turno en la Casa Blanca continuaron el mismo empeño que estableció el frustrado Dwight Eisenhower, quien murió sin ver su sueño dorado, y aprobaron otros planes y leyes, pero también pasaron a la otra vida sin lograr ningún resultado.
Creyéndose que él sí podría ver el derrocamiento de Fidel Castro, el presidente Bill Clinton se dejó presionar por la mafia terrorista asentada en el Congreso y aprobó en 1966 la “Ley para la libertad y la solidaridad democrática cubana”, conocida mundialmente como “Ley Helms-Burton”, cuyo punto focal son las sanciones internacionales contra aquellasinversiones extranjeras que se materialicen en la Isla, después que el gobierno revolucionario iniciara una apertura a las empresas extranjeras a partir de la reforma constitucional de 1992, unido a un conjunto de leyes y decretos leyes que abrían la economía cubana.
Al aprobarse dicha ley y ante el rechazo de los países europeos que aprobaron leyes para defenderse del garrote yanqui, Clinton dejó congelado temporalmente el Título III, pero Donald Trump lo puso en vigor en el 2019, ratificado nuevamente en el 2025 al regresar a la Casa Blanca, a pesar de ser un convicto.
Siguiendo la línea de asfixiar a la economía cubana y al amparo de la Helms-Burton, se han presentado varias reclamaciones contra negocios constituidos en Cuba, bajo la supuesta versión de que se ejecutaron en propiedades ilegalmente confiscadas, algo falso porque las nacionalizaciones y confiscaciones se realizaron bajo leyes y decisiones legales.
Una de las más recientes reclamaciones la efectuó el cubano Mario Echevarría, quien adoptó la ciudadanía estadounidense en 1983 y ahora demanda la propiedad de terrenos en Cayo Coco, según dice confiscados a su familia a partir de la Ley de Reforma Agraria. El asunto radica en que allí Cuba construyó varios hoteles de lujo y sus habitaciones son reservadas desde varias plataformas internacionales especializadas en el tema.
La actual demanda es contra Expedia Group, compañía matriz de Hotel.com LP, Hotels.com GP y Orbitz LLC, bajo el argumento de que esas cuatro entidades hicieron reservaciones “para obtener ganancias en hoteles construidos en los terrenos expropiados por el régimen castrista”.
Esta acción prueba el incremento de la guerra económica, comercial y financiera contra Cuba y en este caso para impedir el desarrollo del sector turístico, por ser en estos momentos una de las entradas fundamentales de dinero fresco.
Un jurado federal en Miami, la capital de la mafia anticubana y refugio de terroristas y asesinos, ordenó a la corporación Expedia Group, el pasado viernes 17 de abril 2025, pagar una indemnización de 29,8 millones de dólares, amparado en el Título III de la Ley Helms-Burton, acción que busca atemorizar a todos los extranjeros que realizan negocios con Cuba
Ahora celebrarán en Miami la decisión que seguramente será apelada en una corte superior y posiblemente seguirá la misma suerte de otros demandantes que se quedaron con las ganas de enriquecerse a costa de los inversionistas.
En el 2019, este mismo cubano presentó una demanda, de conjunto con otros tres cubanos, que se dicen herederos de propiedades confiscadas en Varadero y Santa Cruz del Norte, pero la reclamación fue denegada en 2020 por Robert N. Scola, juez federal de Miami.
Desde el 2019 cuando Trump dio luz verde al Título III, tribunales yanquis recibieron 45 demandas, con seis acuerdos extrajudiciales y un solo veredicto a favor de ellas.
Recordar que jueces del Tribunal de Apelaciones del Onceno Circuito, en Atlanta, le dio marcha atrás a un dictamen anterior de Beth Bloom, una jueza federal que obligaba a pagar la suma de 439 millones de dólares a las compañías Carnival, MSC SA, Royal Caribbean y Norwegian, supuestamente por incurrir en acciones ilegales durante sus viajes a Cuba entre 2015 y 2019.
Los picaros en Miami pretenden hacer la cena de navidad acusando a compañías poderosas, pero hasta la fecha se han quedado con las ganas y ninguna ha tenido temor en invertir en el mercado cubano, hasta donde las leyes de la guerra económica se los permite y las propiedades siguen siendo del pueblo cubano.
Todavía hay algunos que no quieren reconocer que esa criminal guerra no es la responsable de las penurias del pueblo cubano, porque ni siquiera se han leído lo que expresan las diferentes leyes para estrangular la economía de la Isla, como son:
Ley de Comercio con el Enemigo de 1917, sección 5.b. Ley de Cooperación Internacional de 1961, sección 620.a. Decreto N0 3447 Resolución Federal N0 1085 Embargo sobre el comercio con Cuba de 1962. Regulaciones al Control de los Activos Cubanos de 1963. Ley para la Administración de las Exportaciones de 1979. Ley para la Democracia en Cuba de 1992, conocida también como Ley Torricelli. Ley para la Libertad y la Solidaridad Democrática Cubanas de 1996 (Ley Helms-Burton). Ley de Sanciones Comerciales e Incremento del Comercio de 2000. Prohibiciones para los países que están en la lista de Países que patrocinan el terrorismo.
Los que irrita a esos que sueñan con volver a ser los dueños de Cuba, es que, a pesar de tantas leyes, acciones terroristas, presiones diplomáticas y políticas de todo tipo, el pueblo cubano se mantiene firme porque sabe lo que perderían su la Isla vuelve a caer en manos del imperialismo yanqui.
Por eso José Martí afirmó:
“Alzar la frente es mucho más hermoso que bajarla”.
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