Manuel E. Yepe - Granma.- Hace unos 40 años, el doctor Baudilio Castellanos, un colega que se desempeñaba como embajador de Cuba en Francia, me contó que, algunos días antes, en medio de una recepción de la mayor solemnidad, fue llamado a un encuentro privado por el presidente Charles De Gaulle. Una vez a solas con el mandatario galo, en un pequeño salón del Elíseo, anexo a la gran sala donde transcurría la ceremonia protocolar, el general De Gaulle le explicó: "En realidad no lo he llamado para algo importante, solo que me gusta ver la cara que ponen los americanos cuando saben que hablo con un cubano". Yo mismo, por mi experiencia en el desempeño de funciones diplomáticas durante la década de los años sesenta, puedo dar fe del motivo de burla que constituían, en diversos cuerpos diplomáticos, la supervigilancia y los reproches de algunos diplomáticos estadounidenses —no todos, por cierto— sobre sus colegas latinoamericanos, cuando les veían charlando con un cubano.
Norge Martínez Montero - Juventud Rebelde.- Protestaron por el doble rasero con que la Casa Blanca aplica su política contra el terrorismo al dejar en libertad al criminal Posada Carriles. Cientos de economistas y contadores cubanos se dieron cita anoche en el Monte de las Banderas, sitio ubicado frente a la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, para protestar por el doble rasero con que ese gobierno aplica su política contra el terrorismo, al dejar en libertad a un criminal como Luis Posada Carriles y mantener injustamente bajo prisión a Cinco jóvenes cubanos.