Ramón Pedregal Casanova.- La CIA nos lo enseñó todo, cómo usar explosivos, cómo matar, hacer bombas … nos entrenaron en actos de sabotaje.Luis Posada Carriles. Entrevista al The New York Times, 12 de Julio de 1998.

Un país con una población veinticinco veces menor y decenas de veces más pequeño en territorio que Estados Unidos, ha visto correr la sangre de sus ciudadanos por actos terroristas, organizados y ejecutados desde territorio norteamericano, en una proporción mayor que todos los estadounidenses caídos en la guerra de Vietnam. CUBA, la historia no contada. Editorial Capitán San Luis.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ramón Pedregal Casanova.- Si el Sec. Blinken estuviera interesado en los derechos humanos de los cubanos, levantaría el bloqueo económico y las 243 medidas aplicadas por el gobierno anterior, vigentes hoy en medio de la Covid 19. Restablecería servicios consulares y la reunificación familiar.

Canciller de Cuba ante Naciones Unidas Bruno Rodríguez Parrilla.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ramón Pedregal Casanova.- Jamás un norteamericano ha sido muerto o herido, ni una sola instalación, grande o pequeña, en ese inmenso y rico territorio, ha sufrido el menor daño material por alguna acción procedente de Cuba. Cuba, la historia no contada. Editorial Capitán San Luis.

 

 

 

 

 

 

 

Ramón Pedregal Casanova.- Pocas ciudades en el mundo detentan una potencia emocional y una riqueza espiritual tan densa como Jerusalén. Su privilegio exclusivo de ser el punto de encuentro de las tres grandes religiones monoteístas no ha cesado de atraer sobre ella el atento fervor de los musulmanes, de los cristianos y de los judíos. No estaba en su destino convertirse en el objeto y después en la víctima de las ambiciones israelíes. Su triple vocación religiosa la predispone a una especie de ecumenismo, incompatible con su situación actual de ciudad ocupada.

Comienzo del Capítulo I. El Estatuto de Jerusalén, del libro Coloquio de Juristas Árabes sobre Palestina. Argel, 22-27 de Julio de 1967.

 

 

 

 

 

Ramón Pedregal Casanova.- El Banco Colonial Judío fue concebido como un instrumento de índole política destinado a permitir la creación de una patria jurídicamente garantizada. Al arsenal ideológico, económico y jurídico ya montado, no le quedaba más que obtener el concurso activo de las grandes potencias. Toda la habilidad sionista ha consistido en integrar su dispositivo al expansionismo europeo.

La cuestión palestiniense. Coloquio de Juristas Árabes sobre Palestina. 22-27 de julio de 1967.

Una teoría de la raza cuyo autor ya no es esta vez el de Mein Kampf sino el israelí y todos los que lo ayudan para humillar, despojar y traumatizar las conciencias, teoría que se abre camino, se amplifica, se desencadena en medio de una aprobación casi unánime.

De la Alocución de apertura del coloquio pronunciada el 22 de julio de 1967 por el Sr. Mohamed Bedjaoui, Ministro de Justicia de Argelia.

 

 

 

 

 

 

 

 

Ramón Pedregal Casanova.- Al alborear el 18 de marzo de 1871, París se despertó entre un clamor de gritos de “Vive la Commune!” ¿Qué es la Comuna, esa esfinge que tanto atormenta los espíritus burgueses?

Los proletarios de París decía el Comité Central en su manifiesto del 18 de marzo, en medio de los fracasos y las traiciones de las clases dominantes, se han dado cuenta de que ha llegado la hora de salvar la situación tomando en sus manos la dirección de los asuntos públicos … Han comprendido que es su deber imperioso y su derecho indiscutible hacerse dueños de sus propios destinos, tomando el poder.

Del libro Marx -Engels - Lenin. La Comuna de París. Editorial Akal.

 

 

 

 

 

 

 

Ramón Pedregal Casanova.- … llegaron más de un millón de esclavos robados en las lejanas tierras de África, que perdieron su lengua, sus costumbres, su familia, incluso su nombre. … nada sabía de sus padres, de sus antepasados, nació en un lugar donde las gentes de su raza vivían como presos, siempre cercados, imposibilitados de abandonare los recintos que guardaban hombres armados con fusiles y perros rabiosos, sus pies aprisionados por grilletes, se apareaban como el ganado y morían y nacían en un suspiro sin que eso importara a nadie, que todo era un cementerio para ellos.

Del libro Las guerras de Artemisa. Autor el gran escritor Andrés Sorel. Edita El olivo azul.